sexta-feira, 7 de maio de 2010

Sus ojos



Sus ojos eran mi luz,
mi cielo estaba en sus sueños,
bebía el mar de sus labios,
caminaba en su sendero.

Un extraño maleficio
destruyó mi firmamento,
vagué sin meta, sin rumbo,
con mi dolor, con mi infierno.

Lágrimas de amor y ausencia,
apagaron aquel tiempo,
sólo queda la ceniza,
fría y muda de un recuerdo.

Por Tiago Dotto (Goticus Eternus)

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